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Rabanal del Camino-El Acebo (19/04/2011)

22/04/2011

En los últimos días hemos pasado por lugares preciosos llenos de vegetación, salpicados a ratos por pueblos pequeños con casas de piedra y tejados negros de pizarra. El terreno se ha vuelto más abrupto y complicado de superar, dados los desniveles propios de zonas de montaña.

Pero eso no es todo. La lluvia nos acompaña también en nuestro camino, lo cual dificulta enormemente la jornada. El barro se acumula en nuestros zapatos y hace resbalar a los caballos y los burros.

Coincide, además, que es Semana Santa. Eso significa que han aparecido de repente una multitud de peregrinos que, aparte de andar por senderos y carreteras (hay que tener mucho cuidado de no atropellarlos, máxime con un día de niebla como el que tuvimos), también ocupan las camas de los albergues (por lo que la rutina diaria pasa ahora por correr hacia el siguiente pueblo y reservar camas para nuestros peregrinos).

Todas estas circunstancias complican un poco el viaje, pero aquí seguimos.

Esta jornada, por ejemplo, fue muy peculiar. Nuestros peregrinos llegaron a una cruz que podríamos llamar «la Cruz de los Deseos» (a falta de su verdadero nombre, que, por desgracia, desconozco). Aquí, la tradición es dejar una piedra (que hay que traer desde casa, no vale coger una cualquiera) y pedir un deseo.

Nuria dejó una piedra por la Triple A y Narciso, el cencerro que llevaba Grillo al comienzo del viaje.

Una vez en El Acebo, pueblecito muy pintoresco, como Johanna misma «bautizó», cada peregrino se entretiene en sus propias tareas: ducharse, comer algo, pasear, perderse… Claro que, en El Acebo, es difícil perderse (es tan pequeñito el lugar…) 😀

Por la tarde, el hospitalero nos abrió la ermita donde guardan extraños y, a la vez, preciosos retablos e imágenes. Luego, cenamos algo caliente y a dormir.

Es posible que muchos de nuestros peregrinos soñaran esa noche. Soñaran, por ejemplo, con llegar sanos y salvos a Santiago, con volver a casa, con que todos los animales del mundo tuvieran un hogar, con que alguien les espere a su vuelta o, quizás, con encontrar un boleto de la primitiva premiado. Quizás soñaran con aquello que más anhelan.

Sea cual sea el deseo que pidieron, mi deseo es que todos ellos se cumplan.

Cristina Gómez.

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2 comentarios leave one →
  1. leonardo carreira permalink
    22/04/2011 21:52

    cristina, la cruz que pasasteis se llama ¨la cruz de ferro¨.
    animo a todos los vuestros peregrinos, nadie dijo que el camino fuera facil, pero cuando se llega seguro que merece la pena.

    • 23/04/2011 15:00

      Hola, Leonardo. Gracias por la aclaración. Lo malo de estar en la «retaguardia» es que a veces no te enteras de nada jajajaja Y tienes razón, yo creo que, a pesar de las dificultades, la recompensa es grande. ¡¡¡Gracias por tus ánimos!!!

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